28. En su angustia clamaron al SEÑOR Y El los sacó de sus aflicciones.
29. Cambió la tempestad en suave brisa Y las olas del mar se calmaron.
30. Entonces se alegraron, porque las olas se habían aquietado, Y El los guió al puerto anhelado.
31. Que den gracias al SEÑOR por Su misericordia Y por Sus maravillas para con los hijos de los hombres.
32. Exáltenlo también en la congregación del pueblo, Y alábenlo en la reunión de los ancianos.
33. El convierte los ríos en desierto Y los manantiales en secadales;
34. La tierra fértil en salinas, Por la maldad de los que moran en ella.
35. Transforma el desierto en estanque de aguas, Y la tierra seca en manantiales;
36. En ella hace morar a los hambrientos, Para que establezcan una ciudad donde vivir,
37. Y siembren campos, planten viñas, Y recojan una cosecha abundante.
38. Los bendice también y se multiplican mucho, Y no disminuye su ganado.
39. Cuando son disminuidos y abatidos Por la opresión, la calamidad y la aflicción,
40. Vierte desprecio sobre los príncipes, Y los hace vagar por un lugar desolado sin camino.
41. Pero al pobre lo levanta de la miseria y lo pone seguro en alto, Y multiplica sus familias como un rebaño.
42. Los rectos lo ven y se alegran, Pero a toda iniquidad se le cierra la boca.
43. ¿Quién es sabio? Que preste atención a estas cosas, Y considere las bondades del SEÑOR.