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Proverbios 8:31-36 La Nueva Biblia de los Hispanos (NBLH)

31. Regocijándome en el mundo, en Su tierra, Y teniendo mis delicias con los hijos de los hombres.

32. Ahora pues, hijos, escúchenme, Porque bienaventurados son los que guardan mis caminos.

33. Escuchen la instrucción y sean sabios, Y no la desprecien.

34. Bienaventurado el hombre que me escucha, Velando a mis puertas día a día, Aguardando en los postes de mi entrada.

35. Porque el que me halla, halla la vida Y alcanza el favor del SEÑOR.

36. Pero el que peca contra mí, a sí mismo se daña; Todos los que me odian, aman la muerte."

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