2. ¿Qué, hijo mío? ¿Y qué, hijo de mis entrañas? ¿Y qué, hijo de mis votos?
3. No des tu vigor a las mujeres, Ni tus caminos a lo que destruye a los reyes.
4. No es para los reyes, oh Lemuel, No es para los reyes beber vino, Ni para los gobernantes desear bebida fuerte;
5. No sea que beban y olviden lo que se ha decretado, Y perviertan los derechos de todos los afligidos.
6. Denle bebida fuerte al que está pereciendo, Y vino a los amargados de alma.
7. Que beba y se olvide de su pobreza, Y no recuerde más su aflicción.
8. Abre tu boca por los mudos, Por los derechos de todos los desdichados.
9. Abre tu boca, juzga con justicia, Y defiende los derechos del afligido y del necesitado.
10. Mujer hacendosa, ¿quién la hallará? Su valor supera en mucho al de las joyas.
11. En ella confía el corazón de su marido, Y no carecerá de ganancias.
12. Ella le trae bien y no mal Todos los días de su vida.
13. Busca lana y lino, Y con agrado trabaja con sus manos.
14. Es como las naves de mercader, Trae su alimento de lejos.
15. También se levanta cuando aún es de noche, Y da alimento a los de su casa Y tarea a sus doncellas.
16. Evalúa un campo y lo compra; Con sus ganancias planta una viña.
17. Ella se ciñe de fuerza Y fortalece sus brazos.