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Josué 24:13-28 La Nueva Biblia de los Hispanos (NBLH)

13. 'Y les di a ustedes una tierra en que no habían trabajado, y ciudades que no habían edificado, y habitan en ellas. De viñas y olivares que no plantaron, comen.'

14. "Ahora pues, teman (reverencien) al SEÑOR y sírvanle con integridad y con fidelidad. Quiten los dioses que sus padres sirvieron al otro lado del Río (Eufrates) y en Egipto, y sirvan al SEÑOR.

15. "Y si no les parece bien servir al SEÑOR, escojan hoy a quién han de servir: si a los dioses que sirvieron sus padres, que estaban al otro lado del río, o a los dioses de los Amorreos en cuya tierra habitan. Pero yo y mi casa, serviremos al SEÑOR."

16. Y el pueblo respondió: "Lejos esté de nosotros abandonar al SEÑOR para servir a otros dioses.

17. "Porque el SEÑOR nuestro Dios es el que nos sacó, a nosotros y a nuestros padres, de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre, el que hizo estas grandes señales delante de nosotros y nos guardó por todo el camino en que anduvimos y entre todos los pueblos por entre los cuales pasamos.

18. "Y el SEÑOR echó de delante de nosotros a todos los pueblos, incluso a los Amorreos, que moraban en la tierra. Nosotros, pues, también serviremos al SEÑOR, porque El es nuestro Dios."

19. Entonces Josué dijo al pueblo: "Ustedes no podrán servir al SEÑOR, porque El es Dios santo. El es Dios celoso; El no perdonará la transgresión de ustedes ni sus pecados.

20. "Si abandonan al SEÑOR y sirven a dioses extranjeros, El se volverá y les hará daño, y los consumirá después de haberlos tratado bien."

21. Respondió el pueblo a Josué: "No, sino que serviremos al SEÑOR."

22. Y Josué dijo al pueblo: "Ustedes son testigos contra sí mismos de que han escogido al SEÑOR para servirle." "Testigos somos;" le contestaron.

23. "Ahora pues," les dijo Josué, "quiten los dioses extranjeros que están en medio de ustedes, e inclinen su corazón al SEÑOR, Dios de Israel."

24. Y el pueblo respondió a Josué: "Al SEÑOR nuestro Dios serviremos y Su voz obedeceremos (escucharemos)."

25. Entonces Josué hizo un pacto con el pueblo aquel día, y les impuso estatutos y ordenanzas en Siquem.

26. Josué escribió estas palabras en el Libro de la Ley de Dios. Tomó una gran piedra y la colocó debajo de la encina que estaba junto al santuario del SEÑOR.

27. Y Josué dijo a todo el pueblo: "Ciertamente esta piedra servirá de testigo contra nosotros, porque ella ha oído todas las palabras que el SEÑOR ha hablado con nosotros. Será, pues, testigo contra ustedes para que no nieguen a su Dios."

28. Entonces Josué despidió al pueblo, cada uno a su heredad.

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