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Jeremías 38:16-27 La Nueva Biblia de los Hispanos (NBLH)

16. Pero el rey Sedequías le juró en secreto a Jeremías: "Vive el SEÑOR, que nos dio esta vida, que ciertamente no te mataré ni te entregaré en manos de esos hombres que buscan tu vida."

17. Entonces Jeremías dijo a Sedequías: "Así dice el SEÑOR, Dios de los ejércitos, el Dios de Israel: 'Si en verdad usted se pasa a los oficiales del rey de Babilonia, entonces vivirá, y esta ciudad no será incendiada, y usted y su casa vivirán.

18. 'Pero si usted no se pasa a los oficiales del rey de Babilonia, entonces esta ciudad será entregada en manos de los Caldeos; y ellos la incendiarán y usted no escapará de su mano.'"

19. Entonces el rey Sedequías respondió a Jeremías: "Tengo temor de los Judíos que se han pasado a los Caldeos, no sea que me entreguen en sus manos y me maltraten."

20. Pero Jeremías dijo: "No lo entregarán. Le ruego que escuche la voz del SEÑOR en lo que le digo, y le irá bien y vivirá.

21. "Pero si sigue usted rehusando pasarse, ésta es la palabra que el SEÑOR me ha mostrado:

22. 'Todas las mujeres que quedan en el palacio del rey de Judá, serán llevadas a los oficiales del rey de Babilonia, y ellas dirán: "Te han engañado y han prevalecido contra ti; Tus buenos amigos, Mientras tus pies estaban hundidos en el lodo, Se volvieron atrás."

23. 'Todas sus mujeres y sus hijos serán llevados a los Caldeos. Tampoco usted escapará de sus manos, sino que será apresado por la mano del rey de Babilonia, y esta ciudad será incendiada.'"

24. Entonces Sedequías dijo a Jeremías: "Que nadie sepa de estas palabras, y no morirás.

25. "Pero si los oficiales se enteran de que he hablado contigo, y vienen a ti y te dicen: 'Dinos ahora lo que dijiste al rey y lo que el rey te dijo, no nos lo ocultes, y no te mataremos,'

26. tú les dirás: 'Presentaba al rey mi súplica de que no me hiciera volver a la casa de Jonatán, a morir allí.'"

27. Luego vinieron todos los oficiales a Jeremías y lo interrogaron. Y él les informó conforme a todas estas palabras que el rey le había ordenado; y no volvieron a preguntarle, ya que de la conversación nadie había oído nada.

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