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Jeremías 2:4-21 La Nueva Biblia de los Hispanos (NBLH)

4. Oigan la palabra del SEÑOR, casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel.

5. Así dice el SEÑOR: "¿Qué injusticia hallaron en Mí sus padres, Para que se alejaran de Mí Y anduvieran tras lo vano y se hicieran vanos?

6. Tampoco dijeron: '¿Dónde está el SEÑOR Que nos hizo subir de la tierra de Egipto, Que nos condujo por el desierto, Por una tierra de lugares desolados y barrancos, Por una tierra seca y tenebrosa (de sombra de muerte), Una tierra por la que nadie pasó Y donde ningún hombre habitó?'

7. Yo los traje a ustedes a una tierra fértil, Para que comieran de su fruto y de sus delicias. Pero vinieron y contaminaron Mi tierra, Y de Mi heredad hicieron abominación.

8. Los sacerdotes no dijeron: '¿Dónde está el SEÑOR?' Los que se ocupaban de la ley no Me conocieron, Los gobernantes (pastores) se rebelaron contra Mí, Y los profetas profetizaban por Baal, Y andaban tras cosas que no aprovechan.

9. Por tanto, aún lidiaré con ustedes," declara el SEÑOR, "también con los hijos de sus hijos lidiaré.

10. Pasen, pues, a las islas de Quitim (Chipre) y vean; Envíen gente a Cedar y observen atentamente, Y vean si ha habido cosa semejante:

11. ¿Ha cambiado alguna nación sus dioses, Aunque ésos no son dioses? Pues Mi pueblo ha cambiado su gloria Por lo que no aprovecha.

12. Espántense, oh cielos, por esto, Y tiemblen, queden en extremo desolados," declara el SEÑOR.

13. Porque dos males ha hecho Mi pueblo: Me han abandonado a Mí, Fuente de aguas vivas, Y han cavado para sí cisternas, Cisternas agrietadas que no retienen el agua.

14. ¿Acaso Israel es un esclavo o un siervo nacido en casa? ¿Por qué se ha convertido en presa?

15. Contra él rugieron los leoncillos, Fuertemente rugieron, Y han hecho de su tierra una desolación; Sus ciudades están quemadas, sin habitantes.

16. Incluso los hombres de Menfis y de Tafnes Te han afeitado la coronilla.

17. ¿No te ha sucedido esto Por haber dejado al SEÑOR tu Dios, Cuando El te guiaba por el camino?

18. Y ahora, ¿qué haces en el camino a Egipto Para beber las aguas del Nilo? ¿O qué haces en el camino a Asiria Para beber las aguas del Eufrates?

19. Te castigará tu propia maldad, Y tus apostasías te condenarán. Reconoce, pues, y ve que es malo y amargo El dejar al SEÑOR tu Dios, Y no tener temor de Mí," declara el Señor, DIOS de los ejércitos.

20. "Porque desde hace tiempo rompí tu yugo Y arranqué tus coyundas; Pero dijiste: 'No serviré.' Porque sobre toda colina alta Y bajo todo árbol frondoso Te echabas como ramera.

21. Pero Yo te planté como vid escogida, Toda ella de semilla genuina. ¿Cómo, pues, te has convertido delante de Mí En un sarmiento degenerado de una vid extraña?

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