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Jeremías 15:3-17 La Nueva Biblia de los Hispanos (NBLH)

3. "Y enviaré sobre ellos cuatro clases de males," declara el SEÑOR: "la espada para matar, los perros para despedazar, y las aves del cielo y las bestias de la tierra para devorar y destruir.

4. "Y los haré motivo de espanto para todos los reinos de la tierra, a causa de Manasés, hijo de Ezequías, rey de Judá, por lo que hizo en Jerusalén.

5. "Porque, ¿quién se compadecerá de ti, oh Jerusalén? ¿Quién llorará por ti, O quién se apartará de su camino para preguntar por tu bienestar?

6. Tú Me has dejado," declara el SEÑOR, "Sigues retrocediendo. Extenderé, pues, Mi mano contra ti y te destruiré; Estoy cansado de compadecerme.

7. Los aventaré con el bieldo En las puertas del país; Los privaré de hijos, destruiré a Mi pueblo, Pues no se arrepintieron de sus caminos.

8. Haré que sus viudas sean más numerosas Que la arena de los mares. Traeré contra la madre de sus jóvenes, Al destructor en pleno mediodía; De repente traeré sobre ella Angustia y pavor.

9. Languidece la que dio a luz siete hijos ; Exhala su alma. Se puso su sol siendo aún de día, Ha sido avergonzada y humillada. A sus sobrevivientes los entregaré a la espada Delante de sus enemigos," declara el SEÑOR.

10. ¡Ay de mí, madre mía, porque me diste a luz Como hombre de contienda y hombre de discordia para toda la tierra! No he prestado ni me han prestado, Sin embargo todos me maldicen.

11. El SEÑOR dijo: "Ciertamente te libraré para bien; Ciertamente haré que el enemigo te suplique En tiempo de calamidad y en tiempo de angustia.

12. ¿Puede alguien destrozar el hierro, El hierro del norte, o el bronce?

13. Tus riquezas y tus tesoros Entregaré al saqueo, sin costo alguno, Por todos tus pecados En todas tus fronteras.

14. Entonces haré que tus enemigos te lleven A una tierra que no conoces; Porque un fuego se ha encendido en Mi ira Que sobre ustedes arderá."

15. Tú que lo sabes, oh SEÑOR, Acuérdate de mí, atiéndeme, Y véngame de mis perseguidores. Conforme a Tu paciencia, no dejes que sea yo arrebatado; Sabes que por Ti sufro oprobio.

16. Cuando se presentaban Tus palabras, yo las comía; Tus palabras eran para mí el gozo y la alegría de mi corazón, Porque se me llamaba por Tu nombre, Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos.

17. No me senté en la asamblea de los que se divierten, ni me regocijé. A causa de Tu mano, solitario me senté, Porque de indignación me llenaste.

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