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1 Samuel 9:5-13 La Nueva Biblia de los Hispanos (NBLH)

5. Cuando llegaron a la tierra de Zuf, Saúl dijo al criado que estaba con él: "Ven, regresemos, no sea que mi padre deje de preocuparse por las asnas y se angustie por nosotros."

6. El criado le respondió: "Mira, en esta ciudad hay un hombre de Dios, el cual es tenido en alta estima; todo lo que él dice se cumple sin falta. Vayamos ahora, quizá pueda orientarnos acerca de la jornada que hemos emprendido."

7. Entonces Saúl dijo a su criado: "Pero, si vamos, ¿qué le llevaremos al hombre? Porque el pan de nuestras alforjas se ha acabado y no hay presente para llevar al hombre de Dios. ¿Qué tenemos?"

8. Y el criado volvió a responder a Saúl: "Aquí tengo la cuarta parte de un siclo (unos tres gramos) de plata; se lo daré al hombre de Dios, y él nos indicará nuestro camino."

9. (Antiguamente en Israel, cuando uno iba a consultar a Dios, decía: "Vengan, vamos al vidente;" porque al que hoy se le llama profeta, antes se le llamaba vidente.)

10. Entonces Saúl dijo a su criado: "Bien dicho; anda, vamos." Y fueron a la ciudad donde estaba el hombre de Dios.

11. Según subían por la cuesta de la ciudad, se encontraron con unas muchachas que salían a sacar agua y les preguntaron: "¿Está aquí el vidente?"

12. Y ellas les respondieron: "Sí, él va delante de ustedes. Apresúrense ahora, pues ha venido a la ciudad porque el pueblo tiene hoy un sacrificio en el lugar alto.

13. "Cuando entren en la ciudad lo encontrarán antes que suba al lugar alto a comer, pues el pueblo no comerá hasta que él llegue, porque él tiene que bendecir el sacrificio; después comerán los convidados. Suban ahora, que lo encontrarán enseguida."

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