40. y tomando su cayado en la mano, escogió del arroyo cinco piedras lisas y las puso en el saco de pastor que traía, en el zurrón, y con la honda en la mano se acercó al Filisteo.
41. El Filisteo vino, y se fue acercando a David, con su escudero delante de él.
42. Cuando el Filisteo miró y vio a David, lo tuvo en poco porque era un muchacho, rubio y bien parecido.
43. Y el Filisteo dijo a David: "¿Acaso soy un perro, que vienes contra mí con palos?" Y el Filisteo maldijo a David por sus dioses.