1. ¿Querrá todo esto decir que debemos seguir pecando para que se desborde la gracia?
2. ¡De ningún modo! Quienes hemos muerto al pecado, ¿cómo vamos a seguir viviendo sometidos a él?
3. ¿No sabéis que, al ser vinculados a Cristo por el bautismo, fuimos vinculados también a su muerte?
4. Por el bautismo, en efecto, fuimos sepultados con Cristo*, a fin de participar en su muerte. Por tanto, si Cristo venció a la muerte resucitando por el glorioso poder del Padre, es preciso que también nosotros emprendamos una vida nueva.