3. Desconocen, en efecto, la fuerza salvadora divina y pretenden hacer valer la suya propia sin querer someterse a la de Dios.
4. Pero Cristo constituye el punto final de la ley y por él restablece Dios en su amistad a todo creyente.
5. En cuanto a la fuerza salvadora de la ley, así escribe Moisés: Quien cumpla la ley, encontrará vida en ella.