2. En el tiempo oportuno envió un criado para percibir de los labradores la parte correspondiente del fruto de la viña.
3. Pero ellos le echaron mano al criado, lo golpearon y lo mandaron de vuelta con las manos vacías.
4. Volvió a enviarles otro criado, y ellos lo hirieron en la cabeza y lo llenaron de injurias.
5. Luego mandó a otro, y a este lo asesinaron. Y lo mismo hicieron con otros muchos; a unos los hirieron y a otros los mataron.
6. Cuando al amo ya únicamente le quedaba su hijo querido, lo envió por último a los viñadores pensando: “A mi hijo lo respetarán”.
7. Pero aquellos labradores se dijeron unos a otros: “Este es el heredero. Matémoslo, y la herencia será nuestra”.
8. Y, echándole mano, lo asesinaron y lo arrojaron fuera de la viña.
9. ¿Qué hará, pues, el dueño de la viña? Llegará, hará perecer a esos labradores y dará la viña a otros.
10. ¿No habéis leído este pasaje de las Escrituras: La piedra que desecharon los constructores, se ha convertido en la piedra principal.
11. Esto lo ha hecho el Señor, y nos resulta verdaderamente maravilloso?
12. Sus adversarios comprendieron que Jesús se había referido a ellos con esta parábola. Por eso trataban de apresarlo, aunque finalmente desistieron y se marcharon, porque temían a la gente.
13. Los fariseos y los del partido de Herodes enviaron algunos de los suyos con el encargo de sorprender a Jesús en alguna palabra comprometedora.
14. Vinieron, pues, y le preguntaron:— Maestro, sabemos que tú eres sincero y que no te preocupa el qué dirán, pues no juzgas a la gente por las apariencias, sino que enseñas con toda verdad a vivir como Dios quiere*; así pues, ¿estamos o no estamos obligados a pagar el tributo al emperador romano? ¿Tenemos o no tenemos que dárselo?
15. Jesús, conociendo la hipocresía que había en ellos, les contestó:— ¿Por qué me ponéis trampas? Traedme un denario para que yo lo vea.
16. Ellos se lo presentaron y Jesús les preguntó:— ¿De quién es esta efigie y esta inscripción?Le contestaron:— Del emperador.
17. Entonces Jesús les dijo:— Pues dad al emperador lo que es del emperador, y a Dios lo que es de Dios.Con esta respuesta quedaron estupefactos.