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Marcos 10:24-39 La Biblia Traducción Interconfesional Versión Española (BTI)

24. Los discípulos se quedaron asombrados al oír estas palabras. Pero Jesús repitió:— Hijos míos, ¡qué difícil va a ser entrar en el reino de Dios!

25. Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el reino de Dios.

26. Con esto, los discípulos quedaron todavía más sorprendidos, y se preguntaban unos a otros:— En ese caso, ¿quién podrá salvarse?

27. Jesús los miró y les dijo:— Para los hombres es imposible, pero no lo es para Dios, porque para Dios todo es posible.

28. Pedro le dijo entonces:— Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo para seguirte.

29. Jesús le respondió:— Os aseguro que no hay nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o tierras por causa mía y de la buena noticia,

30. y no reciba en este mundo cien veces más en casas, hermanos, madres, hijos y tierras, aunque todo ello sea con persecuciones, y en el mundo venidero la vida eterna.

31. Muchos que ahora son primeros, serán los últimos, y muchos que ahora son últimos, serán los primeros.

32. En el camino que sube hacia Jerusalén, Jesús iba delante de sus discípulos, que estaban admirados; por su parte, quienes iban detrás estaban asustados. Jesús entonces, llamando de nuevo a los Doce, se puso a hablarles de lo que estaba a punto de sucederle.

33. Les dijo:— Ya veis que estamos subiendo a Jerusalén. Allí el Hijo del hombre será entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley que lo condenarán a muerte y lo pondrán en manos de extranjeros

34. que se burlarán de él, lo escupirán, lo golpearán y lo matarán. Pero después de tres días resucitará.

35. Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron:— Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte.

36. Jesús les preguntó:— ¿Qué queréis que haga por vosotros?

37. Le dijeron:— Concédenos que nos sentemos junto a ti en tu gloria: el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.

38. Jesús les respondió:— No sabéis lo que estáis pidiendo. ¿Podéis vosotros beber la misma copa de amargura que yo estoy bebiendo, o ser bautizados con el mismo bautismo con que yo estoy siendo bautizado?

39. Ellos le contestaron:— ¡Sí, podemos hacerlo!Jesús les dijo:— Pues bien, beberéis de la copa de amargura que yo estoy bebiendo y seréis bautizados con mi propio bautismo;

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