5. — ¿Quién eres, Señor? —preguntó Saulo—.— Soy Jesús, a quien tú persigues —respondió la voz—.
6. Anda, levántate y entra en la ciudad. Allí recibirás instrucciones sobre lo que debes hacer.
7. Sus compañeros de viaje se habían quedado mudos de estupor. Oían la voz, pero no veían a nadie.
8. Saulo se levantó del suelo y, cuando abrió los ojos, no podía ver. Así que lo llevaron de la mano a Damasco,
9. donde pasó tres días privado de la vista, sin comer y sin beber.