12. Pero cuando Felipe les anunció el mensaje acerca del reino de Dios y de la persona de Jesucristo, hombres y mujeres abrazaron la fe y se bautizaron.
13. Incluso el propio Simón creyó y, una vez bautizado, ni por un momento se apartaba de Felipe; contemplaba los milagros y los portentosos prodigios que realizaba y no salía de su asombro.
14. Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén se enteraron de que Samaría había acogido favorablemente el mensaje de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan.
15. Llegaron estos y oraron por los samaritanos para que recibieran el Espíritu Santo,
16. pues aún no había descendido sobre ninguno de ellos; únicamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús, el Señor.
17. Les impusieron, pues, las manos y recibieron el Espíritu Santo.
18. Al ver Simón que cuando los apóstoles imponían las manos se impartía el Espíritu, les ofreció dinero,
19. diciendo:— Concededme también a mí el poder de que, cuando imponga las manos a alguno, reciba el Espíritu Santo.