3. Pero Jesús se ha hecho acreedor a una gloria más excelsa que la de Moisés, por cuanto al constructor de una casa le corresponde un honor mayor que a la casa construida.
4. Toda casa, en efecto, tiene su constructor; y el constructor del universo es Dios.
5. En cuanto a Moisés, fue ciertamente fiel en todo lo tocante a la casa de Dios, aunque sólo como un siervo encargado de atestiguar lo que Dios iba a decir.
6. Cristo, en cambio, como Hijo que es, está al frente de la casa de Dios. Una casa que somos nosotros mientras mantengamos la confianza y la ilusión que nace de la esperanza.
7. Por eso, como dice el Espíritu Santo: Cuando hoy escuchéis la voz del Señor,
8. no cerréis a cal y canto el corazón, como hicieron los que se rebelaron en el desierto el día de la prueba .
9. Allí fue donde vuestros antepasados intentaron ponerme a prueba a pesar de haber experimentado mis maravillas
10. durante cuarenta años. Por eso me indigné contra aquella gente y exclamé: “Tienen siempre el corazón extraviado y nunca han seguido mis caminos”.
11. No entrarán, pues, en mi descanso, tal como lo juré lleno de enojo.