22. Pero todas esas son cosas destinadas a gastarse con el uso, como prescripciones y enseñanzas humanas que son.
23. Tienen, ciertamente, un aire de sabiduría, con su aspecto de religiosidad, su pretendida humildad y su aparente rigor ascético. En realidad carecen de todo valor; sólo sirven para satisfacer* las desordenadas apetencias humanas.