Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

2 Corintios 4:5-11 La Biblia Traducción Interconfesional Versión Española (BTI)

5. Porque no nos anunciamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo, el Señor, presentándonos como vuestros servidores por amor a Jesús.

6. Pues el mismo Dios que dijo: Resplandezca la luz desde el seno de las tinieblas* es el que la ha hecho resplandecer en nuestros corazones, para que irradiemos la luz del conocimiento glorioso de Dios reflejado en el rostro de Cristo.

7. Pero este tesoro lo guardamos en vasijas de barro para que conste que su extraordinario valor procede de Dios y no de nosotros.

8. Nos acosan por todas partes, pero no hasta el punto de abatirnos; estamos en apuros, pero sin llegar a ser presa de la desesperación;

9. nos persiguen, pero no quedamos abandonados; nos derriban, pero no consiguen rematarnos.

10. Por todas partes vamos reproduciendo en el cuerpo la muerte dolorosa de Jesús, para que también en nuestro cuerpo resplandezca la vida de Jesús.

11. En efecto, mientras vivimos, estamos de continuo en trance de muerte por causa de Jesús para que, a través de nuestra naturaleza mortal, se haga manifiesta la vida de Jesús.

Leer capítulo completo 2 Corintios 4