45. La Escritura dice: Adán, el primer ser humano, fue creado como un ser dotado de vida; el último Adán, como un espíritu que da vida.
46. Y no existió primero lo espiritual, sino lo animal; lo espiritual es posterior.
47. El primer ser humano procede de la tierra, y es terreno; el segundo viene del cielo.
48. El terreno es prototipo de los terrenos; el celestial, de los celestiales.
49. Y así como hemos incorporado en nosotros la imagen del ser humano terreno, incorporaremos también la del celestial.
50. Quiero decir con esto, hermanos, que lo que es sólo carne y sangre no puede heredar el reino de Dios; que lo corruptible no heredará lo incorruptible.
51. Mirad, voy a confiaros un misterio: no todos moriremos, pero todos seremos transformados.
52. Súbitamente, en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene —que sonará— la trompeta* final, los muertos resucitarán incorruptibles mientras nosotros seremos transformados.
53. Porque es preciso que este ser corruptible se revista de incorruptibilidad y que esta vida mortal se revista de inmortalidad.
54. Y cuando este cuerpo corruptible se revista de incorruptibilidad, cuando este ser mortal se revista de inmortalidad, entonces se cumplirá lo que dice la Escritura: La muerte ha sido devorada por la victoria.
55. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿dónde tu venenoso aguijón?
56. El aguijón de la muerte es el pecado, y el pecado ha desplegado su fuerza con ocasión de la ley.
57. Pero nosotros hemos de dar gracias a Dios, que por medio de nuestro Señor Jesucristo nos concede la victoria.
58. Por tanto, hermanos míos muy queridos, manteneos firmes y constantes; destacad constantemente en la tarea cristiana, seguros de que el Señor no permitirá que sea estéril vuestro afán.