31. En cualquier caso, tanto si coméis como si bebéis o hacéis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios.
32. Pero no seáis ocasión de pecado para nadie, ya se trate de judíos, de paganos o de miembros de la Iglesia de Dios.
33. Ya veis que yo procuro dar completa satisfacción a todos, y no busco mi propio provecho, sino el de todos los demás, a fin de que se salven.