1. Al maestro del coro. Según “La cierva de la aurora”. Salmo de David.
2. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado*?Está lejos mi salvación y son mis palabras un gemido.
3. Dios mío, te llamo de día y no me respondes,de noche y no encuentro descanso.
4. Tú eres el Santo, el que se sienta en el trono,rodeado por las alabanzas de Israel.
5. En ti confiaron nuestros antepasados,confiaron y tú los liberaste;