8. Me encararé con esa persona y la convertiré en motivo de refrán; la extirparé de mi pueblo, y así reconoceréis que yo soy el Señor.
9. Y si el profeta es seducido y pronuncia un oráculo en esa situación, es que yo, el Señor, he seducido al profeta en cuestión; lo asiré con mi mano y lo haré desaparecer de mi pueblo Israel.
10. Y cada cual cargará con su culpa: el que consulta y el profeta.
11. De esta manera Israel no volverá a andar desorientado y alejado de mí, ni se contaminará con sus crímenes. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios —oráculo del Señor Dios—.
12. El Señor me dirigió la palabra:
13. — Hijo de hombre, si un país peca contra mí cometiendo infidelidad y extiendo mi mano contra él, acabo con su abasto de pan, lo hago víctima del hambre y acabo con las personas y los animales que lo habitan,
14. y resulta que en ese país viven tres hombres: Noé, Daniel y Job*, estos salvarán su vida por su honradez —oráculo del Señor Dios—.
15. Y si envío bestias salvajes contra ese país para dejarlo sin habitantes y convertirlo en desolación, sin que nadie se atreva a transitar por él por miedo a las bestias salvajes,
16. y resulta que en él viven esos tres hombres, juro por mí mismo —oráculo del Señor Dios— que no se salvarán hijos ni hijas; sólo ellos conseguirán ponerse a salvo; y el país quedará desolado.
17. O imaginemos que envío la espada contra ese país ordenando que extermine a personas y animales;
18. si resulta que en él viven esos tres hombres, juro por mí mismo —oráculo del Señor Dios— que no se salvarán hijos ni hijas; sólo ellos conseguirán ponerse a salvo.
19. O imaginemos que envío la peste contra ese país y derramo sobre él mi sangrienta cólera, con ánimo de acabar con personas y animales;
20. si resulta que viven en él Noé, Daniel y Job, juro por mí mismo —oráculo del Señor Dios— que no se salvarán hijos ni hijas, si bien ellos pondrán a salvo su vida por su honradez.