1. Entonces me dije a mí mismo: prueba la alegría y procura el bienestar. Pero también esto es pura ilusión.
2. Dije a la risa: ¡desquiciada! Y a la alegría: ¿para qué sirves?
3. Probé a regalar mi cuerpo con vino y a entregarme a la necedad, sin renunciar a la sabiduría, para descubrir en qué consistía el bienestar de los seres humanos y qué es lo que hacían bajo el cielo en los días contados de su vida.
4. Realicé grandes obras: me construí palacios, planté viñas,
5. me hice huertos y jardines y en ellos planté toda clase de frutales;
6. perforé pozos para regar con ellos un bosque lleno de árboles.