2. Todos los israelitas abandonaron a David y siguieron a Sebá. Los judaítas, en cambio, acompañaron fielmente a su rey desde el Jordán hasta Jerusalén.
3. Cuando David llegó a su palacio en Jerusalén, encerró en el harén a las diez concubinas que había dejado al cuidado del palacio. Las siguió manteniendo, pero no volvió a acostarse con ellas y estuvieron encerradas hasta el día de su muerte, como viudas de por vida.
4. Luego el rey dijo a Amasá:— Convoca a la gente de Judá en el plazo de tres días y luego te presentas aquí.