17. El rey y toda la gente que lo acompañaba se detuvieron junto a la última casa de la ciudad.
18. Todos sus servidores marchaban a su lado, mientras que los quereteos, los peleteos y los guititas, en total unos seiscientos hombres que lo siguieron desde Gat, marchaban delante de él.
19. El rey dijo a Itay, el de Gat:— ¿Cómo vienes tú también con nosotros? Vuelve y quédate con el rey, pues eres un extranjero, desterrado de tu país.
20. Acabas de llegar ayer mismo y no voy a permitir que andes errante con nosotros, cuando ni yo mismo sé adónde voy. Vuélvete, pues, y llévate contigo a tus paisanos. Y que el Señor sea misericordioso y fiel contigo.
21. Pero Itay le respondió:— ¡Por el Señor y por el rey, mi señor! Allí donde esté mi señor, el rey, en vida o muerte, allí estará tu servidor.
22. Entonces David le dijo:— Está bien, pasa.Y pasó Itay, el de Gat, con todos los hombres y los niños que lo acompañaban.