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1 Reyes 20:7-25 La Biblia Traducción Interconfesional Versión Española (BTI)

7. El rey de Israel convocó a todos los ancianos del país y les dijo:— Como podéis ver, este anda buscando mi desgracia, pues me ha reclamado mis mujeres, mis hijos, mi plata y mi oro, a pesar de que yo no me he negado.

8. Todos los ancianos y el pueblo le aconsejaron:— No le hagas caso ni aceptes sus exigencias.

9. Ajab dijo a los emisarios de Benadad:— Decid a vuestro señor el rey, que haré todo lo que me ordenó la primera vez; pero que no puedo hacer esto otro.Los emisarios llevaron al rey la respuesta.

10. Entonces Benadad mandó a decir a Ajab:— ¡Que los dioses me castiguen, si queda de Samaría polvo suficiente para darle un puñado a cada uno de mis seguidores!

11. Pero el rey de Israel respondió:— Decidle que no cante victoria antes de la batalla.

12. Benadad, que estaba bebiendo con los reyes en el campamento, dijo a sus soldados al escuchar esta respuesta:— ¡Cada uno a su puesto!E inmediatamente tomaron posiciones frente a la ciudad.

13. Pero entonces un profeta se acercó a Ajab, rey de Israel y le dijo:— Así dice el Señor: “¿Ves todo ese gran ejército? Pues te lo voy a entregar hoy mismo, para que reconozcas que yo soy el Señor”.

14. Ajab preguntó:— ¿Por medio de quién?El profeta respondió:— El Señor dice que por medio de los escuderos de los gobernadores de provincias.Ajab insistió:— ¿Quién iniciará el ataque?Respondió:— Serás tú.

15. Ajab pasó revista a los escuderos de los gobernadores de provincias: eran doscientos treinta y dos. Luego pasó revista a todo el ejército israelita, que eran siete mil.

16. Al mediodía hicieron una salida, mientras Benadad seguía emborrachándose en el campamento con los treinta y dos reyes aliados.

17. Abrían la avanzadilla los escuderos de los gobernadores de provincias. Benadad pidió informes y le comunicaron:— Acaban de salir unos hombres de Samaría.

18. Benadad ordenó:— Si salen en son de paz, prendedlos vivos; y si salen a atacar, también.

19. Los que habían salido de la ciudad eran los escuderos de los gobernadores de provincias, y el ejército salió tras ellos.

20. Cada uno mató a su contrincante, y los sirios huyeron, perseguidos por los israelitas. Benadad, el rey de Siria, logró escapar a caballo con algunos jinetes.

21. Salió también el rey de Israel, atacó a la caballería y a los carros e infringió a los sirios una gran derrota.

22. El profeta se acercó al rey de Israel y le dijo:— Anda, refuérzate y piensa bien lo que tienes que hacer, porque dentro de un año el rey de Siria volverá a atacarte.

23. Por su parte, los oficiales del rey de Siria le dijeron:— Su Dios es dios de los montes y por eso nos han derrotado. Si los atacamos en la llanura, seguro que los venceremos.

24. Te aconsejamos, pues, hacer lo siguiente: quita a los reyes y sustitúyelos por gobernadores.

25. Organiza luego un ejército como el que has perdido, con igual número de caballos y carros. Los atacaremos en la llanura y sin duda los venceremos.Benadad atendió sus razones y actuó en consecuencia.

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