11. Ahora, hijo mío, que el Señor te acompañe para que aciertes a edificar el Templo del Señor tu Dios, tal y como te lo ha predicho.
12. Sólo precisas que Dios te conceda sensatez e inteligencia para que, cuando él te encargue gobernar a Israel, guardes la ley del Señor tu Dios.
13. Tendrás éxito si procuras practicar los mandatos y normas que el Señor prescribió a Israel por medio de Moisés. ¡Ten ánimo y valor! ¡No temas ni te acobardes!
14. Mira, con qué sacrificio yo he preparado para el Templo del Señor cien mil talentos de oro, un millón de talentos de plata y una cantidad tan abundante de bronce y hierro que resulta incalculable. He preparado además madera y piedra que tú podrás aumentar.