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Mateo 8:4-15 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

4. Entonces Jesús le dijo: —Mira, no se lo cuentes a nadie. Ve y preséntate ante el sacerdote y da la ofrenda que Moisés ordenó. Esto servirá para que la gente compruebe que has sido sanado.

5. Cuando Jesús entró en Capernaúm, se le acercó un capitán romano para pedirle ayuda.

6. El capitán le dijo: —Señor, mi siervo está en cama, no se puede mover y tiene un dolor terrible.

7. Entonces Jesús le dijo: —Iré a sanarlo.

8. El capitán le contestó: —Señor, no merezco que vayas a mi casa, pero tan sólo da la orden y mi siervo quedará sanado.

9. Porque yo estoy bajo la autoridad de mis superiores y a la vez tengo a muchos soldados bajo mi autoridad. Si le digo a un soldado: “Ve”, él va. Si le digo a otro: “Ven”, él viene. Y si le digo a mi siervo: “Haz esto”, él lo hace.

10. Cuando Jesús escuchó esto, se admiró mucho y les dijo a los que lo seguían: —Les digo la verdad: nunca he visto en Israel a nadie con tanta fe.

11. Además les digo que muchos vendrán del oriente y del occidente y en el reino de Dios participarán en un banquete con Abraham, Isaac y Jacob.

12. Pero los que nacieron para tener el reino serán expulsados. Estarán en la oscuridad, donde llorarán y crujirán los dientes de dolor.

13. Entonces Jesús le dijo al capitán: —Ve a tu casa, tu siervo sanará así como creíste. Y en ese mismo instante el siervo fue sanado.

14. Cuando Jesús llegó a la casa de Pedro, vio que la suegra de Pedro estaba en cama y con fiebre.

15. Jesús le tocó la su mano y la fiebre la dejó. Entonces ella se levantó y empezó a atenderlos.

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