Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Mateo 27:53-66 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

53. Después de la resurrección de Jesús, dejaron sus sepulcros, fueron a la ciudad santa de Jerusalén y se le aparecieron a mucha gente.

54. El capitán y los que estaban cuidando el cuerpo de Jesús vieron el terremoto y todo lo que pasó, se asustaron mucho y dijeron: —Este hombre sí era el Hijo de Dios.

55. Muchas mujeres estaban viendo desde lejos. Ellas habían seguido a Jesús desde Galilea para atenderlo.

56. Entre ellas estaban María Magdalena, María la mamá de Santiago y José, y la mamá de los hijos de Zebedeo.

57. Al atardecer, un hombre rico llamado José de Arimatea, vino a Jerusalén. Él también se había convertido en seguidor de Jesús.

58. Fue a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato ordenó que se lo entregaran.

59. José llevó el cuerpo y lo envolvió en una sábana limpia.

60. Después puso el cuerpo en un sepulcro nuevo que había sido cavado en la roca. Luego corrió una piedra muy grande hasta la entrada del sepulcro y se fue.

61. María Magdalena y la otra María estaban sentadas al frente del sepulcro.

62. Al día siguiente, después del día de la preparación, los jefes de los sacerdotes y los fariseos se reunieron con Pilato,

63. y le dijeron: —Señor, le recordamos que en vida ese engañador dijo: “Dentro de tres días voy a resucitar”.

64. Ordene, pues, que vigilen el sepulcro hasta el tercer día para que así sus seguidores no puedan venir y robar el cuerpo. Porque después podrían decirle a la gente: “Él ha resucitado de la muerte”. Este engaño sería peor que el primero.

65. Pilato les dijo: —Pueden disponer una guardia de soldados. Vayan y aseguren el sepulcro lo mejor que puedan.

66. Entonces se fueron y aseguraron el sepulcro, sellaron la piedra y colocaron guardias.

Leer capítulo completo Mateo 27