14. Pero los fariseos salieron y empezaron a planear cómo matar a Jesús.
15. Cuando Jesús lo supo, se fue de allí. Mucha gente lo seguía y él sanaba a todos los enfermos,
16. pero les advertía terminantemente que no le dijeran a nadie quién era él.
17. Esto sucedió para que se cumpliera lo que Dios dijo por medio del profeta Isaías:
18. «Aquí está el que me sirve, a quien yo he elegido. Yo lo amo y estoy contento con él. Pondré mi Espíritu en él, y anunciará justicia para las naciones.
19. No discutirá ni gritará; la gente no escuchará su voz en las calles.