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Marcos 8:5-24 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

5. Jesús les preguntó: —¿Cuántos panes tienen? —Siete —dijeron ellos.

6. Luego, Jesús ordenó a la gente que se sentara en el suelo. Tomó los siete panes, dio gracias a Dios y los partió. Se los dio a sus seguidores y ellos los repartieron a la gente.

7. También tenían unos cuantos pescaditos. Jesús dio gracias y les dijo a sus seguidores que los repartieran también.

8. La gente comió hasta quedar satisfecha. Al final, los seguidores reunieron siete canastos llenos de los pedazos que sobraron.

9. Fueron casi cuatro mil los que comieron los panes y los peces. Después de comer, Jesús los despidió.

10. Luego Jesús subió al bote con sus seguidores y se fueron hacia la región de Dalmanuta.

11. Los fariseos llegaron y empezaron a discutir con Jesús. Para ponerlo a prueba le pidieron que hiciera un milagro para demostrar que era enviado de Dios.

12. Jesús suspiró profundamente, muy molesto, y dijo: —¿Por qué pide esta generación una señal milagrosa? Les digo la verdad: no van a recibir ningún milagro.

13. Entonces Jesús se alejó, subió otra vez al bote y se fue al otro lado del lago.

14. Los seguidores se olvidaron de llevar alimentos, no tenían más que un pan.

15. Jesús les advirtió: —¡Tengan cuidado! Protéjanse de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes.

16. Entonces empezaron a decir entre ellos que no tenían pan.

17. Jesús sabía de lo que estaban hablando y les preguntó: —¿Por qué dicen que no tienen pan? ¿Todavía no han entendido ni se han dado cuenta? ¿Son así de brutos?

18. ¿Tienen ojos y no pueden ver? ¿Tienen oídos y no pueden oír? ¿Acaso no se acuerdan de los milagros?

19. Cuando partí los cinco panes para alimentar a los cinco mil, ¿recuerdan cuántas canastas con pedazos de sobra recogieron? —Doce —respondieron ellos.

20. —Y cuando partí los siete panes para los cuatro mil, ¿recuerdan cuántas canastas con pedazos de sobra recogieron? —Siete —respondieron.

21. Luego Jesús les dijo: —¿Y aún así no entienden?

22. Cuando llegaron a Betsaida, le trajeron a un ciego y le pidieron a Jesús que lo tocara.

23. Jesús tomó al hombre de la mano y lo llevó hasta las afueras del pueblo. Allí, escupió saliva en los ojos del ciego, lo tocó y le preguntó: —¿Puedes ver algo?

24. El hombre levantó la mirada y dijo: —Veo a la gente como árboles caminando.

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