30. Entonces Jesús les advirtió que no se lo dijeran a nadie.
31. Jesús comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre tendría que pasar por muchos sufrimientos y ser rechazado por los ancianos líderes, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley. Tendría que morir, pero a los tres días resucitaría.
32. Les dijo todo lo que tenía que pasar; no les ocultó nada. Pero Pedro habló a solas con Jesús y comenzó a reprenderlo.
33. Entonces Jesús se dio vuelta, miró a los seguidores y regañó a Pedro diciendo: —¡Largo de aquí, Satanás! A ti no te preocupan las cosas de Dios, sino las de la gente.