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Marcos 5:28-39 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

28. Ella pensaba: «Si sólo puedo tocar su manto, quedaré sana».

29. Apenas lo tocó, la mujer dejó de sangrar. Sintió que su cuerpo había quedado sanado de la enfermedad.

30. En ese momento Jesús se dio cuenta de que había salido poder de él. Se detuvo, dio vuelta y preguntó: —¿Quién me tocó el manto?

31. Los seguidores le dijeron: —Hay tanta gente empujando y tú preguntas: “¿Quién me tocó?”

32. Pero Jesús siguió mirando para saber quién había sido.

33. La mujer sabía que había sanado. Así que se acercó y se arrodilló a sus pies. Ella estaba temblando de miedo y le contó toda la verdad.

34. Luego, Jesús le dijo: —Hija, tu fe te ha sanado. Vete en paz y sin ninguna enfermedad.

35. Cuando Jesús estaba todavía hablando, llegaron mensajeros desde la casa del dirigente de la sinagoga y le dijeron: —Tu hija ha muerto, ¿para qué molestas más al maestro?

36. Pero Jesús no les hizo caso y le dijo al dirigente de la sinagoga: —No tengas miedo; sólo cree.

37. Jesús permitió que sólo Pedro, Santiago y su hermano Juan lo acompañaran.

38. Cuando llegaron a la casa del dirigente de la sinagoga, Jesús vio el alboroto de la gente que estaba llorando y lamentándose mucho.

39. Jesús entró y les dijo: —¿Por qué tanta confusión y llanto? La niña no está muerta, está dormida.

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