10. Tan pronto como Jesús salió del agua, vio que el cielo se rasgaba y que el Espíritu Santo bajaba sobre él como una paloma.
11. Entonces vino una voz del cielo que decía: «Este es mi hijo amado con quien estoy muy contento».
12. Inmediatamente, el Espíritu Santo impulsó a Jesús al desierto.
13. Jesús estuvo allí durante cuarenta días y Satanás lo puso a prueba. Estuvo entre los animales salvajes, pero los ángeles lo cuidaban.
14. Después de que encarcelaron a Juan, Jesús fue a Galilea y comenzó a anunciar la buena noticia de parte de Dios.
15. Él decía: «Ha llegado el momento, el reino de Dios ya está cerca. Cambien su manera de pensar y de vivir, crean en la buena noticia».
16. Jesús caminaba junto al lago de Galilea cuando vio a Simón y a su hermano Andrés. Estaban lanzando la red para pescar en el lago, pues eran pescadores.
17. Y Jesús les dijo: —Síganme, y yo les enseñaré a pescar hombres.
18. Y enseguida dejaron sus redes y lo siguieron.
19. Un poco más adelante, Jesús encontró a Santiago y a su hermano Juan, los hijos de Zebedeo. Estaban en un bote arreglando las redes para pescar.
20. Enseguida los llamó y dejaron a su papá Zebedeo que estaba en el bote con los trabajadores, y siguieron a Jesús.
21. Jesús y sus seguidores llegaron a Capernaúm y enseguida, en el día de descanso, Jesús entró en la sinagoga y empezó a enseñar.
22. La gente se admiraba de su enseñanza, porque les enseñaba como alguien que tiene autoridad y no como los maestros de la ley.
23. De pronto llegó a la sinagoga un hombre poseído por un espíritu maligno que gritó:
24. —¿Qué quieres de nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres tú: ¡el Santo de Dios!
25. Pero Jesús reprendió al espíritu maligno y le dijo: —¡Cállate y sal de él!
26. Luego el espíritu maligno sacudió al hombre, dio un gran grito y salió de él.
27. Todos se quedaron atónitos y empezaron a preguntarse entre sí: «¿Qué está pasando? ¡Este hombre enseña algo nuevo y lo hace con autoridad! ¡Hasta puede darles órdenes a los espíritus malignos y ellos lo obedecen!»