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Lucas 7:38-49 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

38. Se colocó detrás de Jesús, llorando a sus pies y empezó a mojarle los pies con sus lágrimas. Los secó con su cabello, los besó y los ungió con el perfume en aceite.

39. Al ver esto, el fariseo que había invitado a Jesús a comer se dijo a sí mismo: «Si este hombre fuera un profeta, sabría qué clase de mujer es esta que lo está tocando. Sabría que es una pecadora».

40. Entonces Jesús respondiendo a lo que el fariseo estaba pensando, dijo: —Simón, tengo algo que decirte. Simón le dijo: —Dime, Maestro.

41. Jesús dijo: —Dos hombres tenían una deuda con un prestamista. Uno le debía quinientas monedas de plata y el otro le debía cincuenta.

42. Ninguno de los dos tenía dinero y no podían pagar la deuda, así que como no podían pagar, les perdonó la deuda. ¿Cuál de los dos lo amará más?

43. Simón respondió: —Me imagino que al que más le perdonó. Él le dijo: —Tienes razón.

44. Jesús miró a la mujer y le dijo a Simón: —¿Ves a esta mujer? Vine a tu casa y no me diste agua para lavarme los pies, mientras que ella los ha mojado con sus lágrimas y los ha secado con su cabello.

45. Tú no me saludaste de beso, pero desde que llegué, ella no ha cesado de besarme los pies.

46. No me diste aceite para arreglarme el cabello, pero ella ungió mis pies con perfume en aceite.

47. Te digo que se puede ver que sus muchos pecados le han sido perdonados y por eso ahora me demostró mucho amor. Pero al que poco se le perdona, poco ama.

48. Entonces Jesús le dijo a la mujer: —Tus pecados son perdonados.

49. Los que estaban comiendo con ellos se dijeron a sí mismos: —¿Quién es este hombre que se atreve a perdonar pecados?

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