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Lucas 5:14-31 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

14. Jesús le ordenó: —No se lo cuentes a nadie. Ve y preséntate ante el sacerdote y da la ofrenda por haber sido sanado, como lo ordenó Moisés. Esto servirá para que la gente compruebe que has sido sanado.

15. Sin embargo, estas noticias se extendían cada vez más. Se le acercaban multitudes para oírlo y para que los sanara de sus enfermedades.

16. A menudo Jesús se retiraba a lugares donde podía estar solo para orar.

17. Un día Jesús estaba enseñando, y unos fariseos y maestros de la ley estaban sentados allí. Habían venido de todos los pueblos de Galilea, Judea y de Jerusalén. El Señor le daba poder a Jesús para sanar a la gente.

18. Entonces llegaron unos hombres que cargaban a un paralítico en una camilla. Querían entrar para ponerlo delante de Jesús,

19. pero había tanta gente que no pudieron llegar hasta él. Así que subieron al techo, quitaron unas tejas y lo bajaron en la camilla hasta que quedó en medio de la gente, ante Jesús.

20. Cuando Jesús vio la fe que tenían, dijo: —Amigo, tus pecados quedan perdonados.

21. Entonces los maestros de la ley y los fariseos se dijeron: «¿Quién es este hombre? Lo que dice es una ofensa a Dios. El único que puede perdonar pecados es Dios».

22. Pero Jesús sabía lo que estaban pensando, y les dijo: —¿Qué están pensando?

23. Tal vez piensen que es más fácil que yo le diga: “Tus pecados quedan perdonados”, porque eso no se puede comprobar. Pero si le digo: “¡Levántate y anda!”

24. y así sucede, entonces quedará comprobado que el Hijo del hombre tiene en la tierra el poder de perdonar pecados. Así que Jesús le dijo al paralítico: —A ti te digo: ¡levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa!

25. De inmediato el hombre se levantó delante de todos, recogió su camilla y se fue a su casa alabando a Dios.

26. Todos estaban asombrados y alababan a Dios. Estaban llenos de miedo y dijeron: —¡Hoy hemos visto cosas increíbles!

27. Después de esto, Jesús salió y vio a un cobrador de impuestos llamado Leví, sentado en el lugar donde se pagaban los impuestos. Jesús le dijo: —Sígueme.

28. Dejándolo todo, se levantó y lo siguió.

29. Luego Leví hizo una gran fiesta para Jesús en su casa. Muchos cobradores de impuestos y otros estaban comiendo con ellos.

30. Los fariseos y los maestros de la ley se quejaron con los seguidores de Jesús: —¿Por qué beben y comen con cobradores de impuestos y pecadores?

31. Jesús les respondió: —Los sanos no necesitan médico, los enfermos sí.

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