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Lucas 23:25-38 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

25. Pilato dejó libre a Barrabás, el hombre que había sido puesto en la cárcel por rebelión y asesinato, y les entregó a Jesús para que hicieran con él lo que quisieran.

26. Cuando los soldados se llevaban a Jesús, agarraron a un tal Simón, de la ciudad de Cirene, que venía del campo, lo obligaron a cargar la cruz y a llevarla detrás de Jesús.

27. Mucha gente seguía a Jesús, incluso algunas mujeres, las cuales lloraban y se lamentaban por él.

28. Jesús se dio vuelta y les dijo: —Mujeres de Jerusalén, no lloren por mí. Más bien lloren por ustedes y por sus hijos.

29. Está llegando la hora terrible en que la gente dirá: “Afortunadas las mujeres que no pueden tener hijos, que nunca los han tenido ni han amamantado”.

30. Entonces dirán a las montañas: “¡Caigan sobre nosotros!”, y a los cerros les dirán: “¡Cúbrannos!”

31. Si le hacen esto al árbol vivo, ¿qué no le harán al seco?

32. También llevaron a dos criminales para que los ejecutaran junto con Jesús.

33. Llegaron al lugar llamado «La Calavera», donde los soldados crucificaron a Jesús y también a los criminales, uno a su derecha y otro a su izquierda.

34. Jesús dijo: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen». Los soldados rifaron entre ellos la ropa de Jesús.

35. La gente estaba allí mirando, y los líderes se burlaban de él, diciendo: —Si él es el elegido de Dios, el Mesías, entonces que se salve a sí mismo. Salvó a otros, ¿no?

36. Los soldados vinieron y también se burlaron de él. Le ofrecieron vinagre

37. y dijeron: —Si eres el rey de los judíos, ¡sálvate a ti mismo!

38. En la parte de arriba de la cruz estaba escrito: «Este es el Rey de los judíos».

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