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Lucas 20:7-26 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

7. Así que respondieron: —No sabemos de dónde venía.

8. Entonces Jesús les dijo: —Yo tampoco les voy a decir con qué autoridad hago estas cosas.

9. Luego Jesús le contó a la gente esta historia: «Un hombre plantó un viñedo y lo alquiló a unos labradores. Luego se fue por mucho tiempo.

10. Y a su debido tiempo, mandó a un siervo a pedirles a los labradores la parte de la cosecha que le pertenecía a él. Pero los labradores lo golpearon y lo enviaron con las manos vacías.

11. Entonces, el hombre mandó a otro siervo, pero los labradores lo golpearon también. Lo trataron muy mal y lo enviaron de vuelta con las manos vacías.

12. Entonces el hombre mandó a un tercer siervo, pero los labradores lo hirieron y lo echaron de allí.

13. »Entonces el dueño del viñedo dijo: “¿Qué debo hacer? Mandaré a mi hijo amado. Tal vez a él si lo respetarán”.

14. Pero cuando los labradores vieron al hijo del dueño, hablaron entre ellos y dijeron: “Este es el heredero, ¡matémoslo para quedarnos con la herencia!”

15. Lo echaron del viñedo y lo mataron. »¿Qué les hará el dueño del viñedo a los labradores?

16. El dueño vendrá, los matará y les dará el viñedo a otros labradores». Cuando la gente escuchó esto, dijeron: —¡Eso nunca!

17. Pero Jesús los miró y dijo: —Entonces, ¿qué significado tiene esto que está escrito?: “La piedra que los constructores rechazaron se ha convertido en la piedra principal”.

18. Todo el que caiga sobre esa piedra se hará pedazos y al que esa piedra le caiga encima lo hará polvo.

19. Los maestros de la ley y los jefes de los sacerdotes comprendieron que la historia se refería a ellos y por eso lo querían arrestar, pero tenían miedo de lo que les pudiera hacer el pueblo.

20. Observaban a Jesús todo el tiempo y enviaron a escucharlo a unos espías que fingían tener buenas intenciones. Querían usar en su contra algo que él dijera y así poder entregarlo al poder y autoridad del gobernador.

21. Entonces los espías le preguntaron a Jesús: —Maestro, sabemos que tú hablas y enseñas sólo lo correcto, que para ti todos son iguales y que enseñas con sinceridad el camino de Dios.

22. Entonces, ¿está bien que paguemos impuestos al emperador o no?

23. Jesús sabía que le querían poner una trampa. Entonces les dijo:

24. —Muéstrenme una moneda de plata. ¿De quién es la imagen que está en la moneda y el nombre que está escrito en ella? Ellos dijeron: —Del emperador.

25. Así que Jesús les dijo. —Entonces den al emperador lo que es del emperador y a Dios lo que es de Dios.

26. Los hombres se asombraron de su respuesta y se quedaron sin palabras. No pudieron usar en su contra nada de lo que dijo delante de la gente.

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