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Lucas 2:25-35 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

25. Había un hombre en Jerusalén que se llamaba Simeón. Dedicaba su vida a Dios y hacía su voluntad. Vivía esperando el tiempo en que Dios le trajera consuelo a Israel. El Espíritu Santo estaba con él y le había dado a conocer

26. que no moriría sin haber visto al Mesías, a quien el Señor enviaría.

27. El Espíritu hizo ir a Simeón al área del templo. Cuando María y José trajeron al niño Jesús al templo para cumplir la ley,

28. Simeón tomó al niño en sus brazos y alabó a Dios:

29. «Ahora, Señor, puedes dejar que tu siervo muera en paz, como lo prometiste.

30. He visto con mis propios ojos cómo nos vas a salvar.

31. Todas las naciones podrán ver ahora cuál es tu plan.

32. Él será una luz que alumbrará a todas las naciones, y traerá honor a tu pueblo Israel».

33. Los padres de Jesús se asombraron por lo que Simeón decía sobre él.

34. Entonces Simeón les dio su bendición y le dijo a María, la mamá de Jesús: —Dios ha elegido a este niño. Por él, en Israel muchos caerán y muchos se levantarán. Él será una señal de Dios que muchos no aceptarán.

35. Sacará a la luz las verdaderas intenciones de muchos, las cuales han estado secretas hasta ahora. También te hará sufrir como si te traspasara una espada.

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