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Lucas 16:8-25 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

8. »Más tarde, el patrón elogió al administrador deshonesto porque lo que había hecho era muy astuto. Sí, cuando se trata de negocios con sus semejantes, la gente mundana es más astuta que la gente espiritual.

9. Les digo que usen las riquezas mundanas de una manera que les ayude a ganar la amistad de Dios, para que cuando las riquezas se acaben, sean bienvenidos en la casa eterna.

10. »Si alguien es de fiar en lo poco, será de fiar en lo mucho; si es deshonesto en lo poco, será deshonesto en lo mucho.

11. Si no se les pueden confiar las riquezas mundanas, ¿quién les confiará las riquezas verdaderas?

12. Si no se les puede confiar lo ajeno, ¿quién les dará lo que es de ustedes?

13. Ningún siervo puede servir a dos patrones al mismo tiempo. Odiará a uno y amará al otro, o se dedicará a uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir a Dios y a las riquezas al mismo tiempo».

14. Los fariseos, que eran amantes del dinero, escuchaban todo esto y se burlaban de Jesús.

15. Jesús les dijo: «Ustedes ante la gente aparentan ser justos, pero Dios conoce las intenciones de su corazón. Lo que la gente tiene en alta estima es despreciable para Dios.

16. »Dios siempre quiso que la gente viviera de acuerdo con la ley y los profetas. Entonces vino Juan. Desde que él vino anunciando la buena noticia del reino de Dios están todos esforzándose por entrar en él.

17. Sin embargo es más fácil que el cielo y la tierra se acaben que cambiar una sola tilde de la ley.

18. »Todo aquel que se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio. Todo aquel que se casa con una mujer divorciada, comete también adulterio.

19. »Había un hombre tan rico que todos los días se divertía a sus anchas, vestía las ropas más finas y comía de la mejor comida.

20. Había también un hombre muy pobre llamado Lázaro, quien tenía el cuerpo cubierto de llagas y con frecuencia se sentaba a la puerta de la casa del hombre rico.

21. Quería tan sólo calmar su hambre comiendo las sobras que caían de la mesa del hombre rico. Los perros venían y lamían sus llagas.

22. »Tiempo después, Lázaro murió y los ángeles del cielo vinieron y lo pusieron al lado de Abraham. El hombre rico también murió y fue enterrado.

23. El rico fue enviado al lugar donde están los muertos y sufría mucho. Miró hacia arriba y vio muy lejos a Abraham y a Lázaro sentado a su lado.

24. El hombre rico gritó: “¡Padre Abraham, ten compasión de mí. Manda a Lázaro para que moje la punta de su dedo con agua y refresque mi lengua. Estoy sufriendo en este fuego!”

25. Pero Abraham le dijo: “Hijo mío, recuerda que mientras estabas vivo, la pasaste muy bien, pero Lázaro sufrió mucho. Ahora él recibe consuelo aquí mientras tú estás sufriendo.

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