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Lucas 10:29-35 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

29. Pero como quería demostrar que su manera de vivir era correcta, le dijo a Jesús: —¿Y quién es mi semejante?

30. Jesús le respondió: —Un hombre iba de Jerusalén a Jericó. Unos ladrones lo rodearon, le quitaron la ropa, lo golpearon y lo dejaron medio muerto.

31. Dio la casualidad que venía un sacerdote por el mismo camino. Cuando vio al hombre, siguió por otro lado.

32. De la misma manera, un levita pasó por el mismo lugar, vio al hombre, pero también siguió por otro lado.

33. Pero un samaritano que viajaba por ahí llegó a donde estaba el hombre, y al verlo se compadeció de él.

34. Entonces se acercó al hombre, derramó aceite y vino en las heridas y las vendó. Luego lo montó en su animal de carga y lo llevó a una pequeña posada donde lo cuidó.

35. Al siguiente día, el samaritano le dio dos monedas de plata al encargado de la posada y le dijo: “Cuídalo, y si se necesita más, te pagaré cuando regrese”.

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