28. Entonces Jesús le dijo: —Tienes razón, hazlo y vivirás.
29. Pero como quería demostrar que su manera de vivir era correcta, le dijo a Jesús: —¿Y quién es mi semejante?
30. Jesús le respondió: —Un hombre iba de Jerusalén a Jericó. Unos ladrones lo rodearon, le quitaron la ropa, lo golpearon y lo dejaron medio muerto.