10. Jesús le dijo: —Hagan que toda la gente se siente. Era un prado amplio y se pudieron sentar los cinco mil hombres que había.
11. Entonces Jesús tomó los panes y después de dar gracias a Dios se los dio a los que estaban allí. Así mismo repartió el pescado. Todos comieron lo que quisieron.
12. Cuando quedaron satisfechos, Jesús les dijo a sus seguidores: —Recojan los pedazos que sobraron para no desperdiciar nada.
13. Los seguidores los recogieron hasta llenar doce canastas con lo que a los que habían comido les sobró de los cinco panes de cebada.
14. Al ver esta señal milagrosa la gente decía: —¡Seguro que este hombre es el Profeta que iba a venir al mundo!
15. Jesús se dio cuenta de que lo iban a hacer rey a la fuerza, por eso subió otra vez a la colina para estar solo.