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Juan 19:21-38 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

21. Los jefes de los sacerdotes judíos le decían a Pilato: —No escribas “Rey de los judíos”, sino más bien: “Este hombre dijo: Yo soy el rey de los judíos”.

22. Pilato contestó: —Lo escrito, escrito está.

23. Después de que crucificaron a Jesús, los soldados le quitaron la ropa. La repartieron en cuatro partes, una para cada soldado. También tomaron su túnica pero no tenía costura. Era una túnica tejida en una sola pieza de arriba a abajo.

24. Entonces se dijeron unos a otros: —No la rompamos, más bien echémosla a la suerte para ver quién se queda con ella. Esto sucedió para que se cumpliera lo que dice en la Escritura: «Dividieron mi ropa entre ellos y echaron mi túnica a la suerte». Eso fue lo que hicieron los soldados.

25. Cerca de la cruz de Jesús estaban su mamá y su tía María, la esposa de Cleofás, y María Magdalena.

26. Cuando Jesús vio que su mamá estaba cerca, junto al seguidor que él tanto quería, le dijo a su mamá: —Mamá, ahí tienes a tu hijo.

27. Después le dijo al seguidor: —Ahí tienes a tu mamá. Desde ese momento ese seguidor se la llevó a vivir a su casa.

28. Después de esto, Jesús supo que había hecho todo lo que tenía que hacer. Entonces, para que se cumpliera la Escritura, dijo: —Tengo sed.

29. Mojaron una esponja en el vinagre de un frasco que había ahí. La colocaron en una rama de hisopo y se la acercaron a la boca.

30. Jesús bebió el vinagre y dijo: —Todo está cumplido. Entonces inclinó su cabeza y murió.

31. Era día de preparación para la Pascua, y los cuerpos no debían estar en las cruces en día de descanso. Entonces los líderes de los judíos le pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que quitaran los cuerpos de las cruces.

32. Después llegaron los soldados y les quebraron las piernas al primer hombre y al otro que habían crucificado con él.

33. Pero cuando se acercaron a Jesús vieron que ya estaba muerto, así que a él no le quebraron las piernas,

34. sino que uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua.

35. El que lo vio da testimonio de esto y su testimonio es verídico. Sabe que dice la verdad para que ustedes también crean.

36. Esto pasó para que se cumpliera lo que dice la Escritura: «No se romperá ninguno de sus huesos».

37. Y también, otra Escritura dice: «Ellos mirarán al que abrieron con lanza».

38. Después de esto, José de Arimatea le pidió permiso a Pilato para llevarse el cuerpo de Jesús. José era seguidor de Jesús, pero en secreto porque tenía miedo de los líderes de los judíos. Pilato le dio permiso y él fue y se llevó el cuerpo.

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