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Juan 11:38-49 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

38. Nuevamente muy conmovido, Jesús fue al sepulcro. Era una cueva cerrada con una piedra.

39. Él dijo: —Quiten la piedra. Marta, la hermana del muerto, dijo: —Señor, ya huele mal porque murió hace cuatro días.

40. Jesús le dijo: —¿No te dije que si creías ibas a ver la grandeza de Dios?

41. Entonces quitaron la piedra. Jesús miró hacia arriba y dijo: —Padre, te agradezco porque me has escuchado.

42. Sé que siempre me escuchas, pero lo digo por toda la gente que está alrededor. Así creerán que tú me enviaste.

43. Después de decir esto, Jesús gritó: —¡Lázaro, sal de ahí!

44. El hombre que había estado muerto salió. Sus manos y pies estaban todavía atados con vendas, y su cara estaba envuelta en un lienzo. Jesús le dijo a la gente: —Desátenlo y déjenlo ir.

45. Muchos judíos que habían ido a ver a María y habían visto lo que Jesús hizo, creyeron en él.

46. Pero unos de ellos fueron a los fariseos y les contaron lo que Jesús había hecho.

47. Entonces los jefes de los sacerdotes y los fariseos llamaron a una reunión del Consejo, y dijeron: —¿Qué vamos a hacer? Este hombre está haciendo muchas señales milagrosas.

48. Si dejamos que siga con esto, todo el mundo va a creer en él. Entonces vendrán los romanos y destruirán nuestro templo y nuestra nación.

49. Pero uno de ellos, llamado Caifás, que era el sumo sacerdote ese año, dijo:

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