31. Así que la iglesia disfrutó de paz por toda Judea, Galilea y Samaria. Se fortalecía y progresaba, viviendo de una manera que mostraba mucho respeto por el Señor. La iglesia crecía animada por el Espíritu Santo.
32. Pedro recorría toda la región y fue a ver a los santos que vivían en Lida.
33. Allí conoció a un paralítico llamado Eneas, que llevaba ocho años en cama.
34. Pedro le dijo: —Eneas, Jesucristo te sana. Levántate y tiende tu cama. Inmediatamente Eneas se levantó.
35. Todos los que vivían en Lida y en Sarón lo vieron y decidieron seguir al Señor.