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Hechos 8:1-16 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

1. También Saulo estuvo de acuerdo con el asesinato de Esteban. A partir de ese día empezó una gran persecución contra la iglesia de Jerusalén. Toda la iglesia huyó a diferentes lugares de Judea y Samaria. Sólo los apóstoles se quedaron en Jerusalén.

2. Unos hombres piadosos enterraron a Esteban y lloraron mucho por él.

3. Saulo también trataba de destruir al grupo, entraba casa por casa, sacaba tanto a hombres como a mujeres y los metía en la cárcel.

4. Sin embargo, todos los que huían iban anunciado el mensaje de las buenas noticias de salvación por dondequiera que iban.

5. Felipe fue a la ciudad de Samaria y allí anunció el mensaje acerca del Mesías.

6. Un gran número de samaritanos escuchaba a Felipe, veía las señales milagrosas que hacía y le prestaba mucha atención a su mensaje.

7. Muchos que tenían espíritus malignos fueron sanados; los espíritus les salían dando alaridos. También fueron sanados muchos inválidos y paralíticos.

8. Los habitantes de esa ciudad estaban muy contentos.

9. Había un hombre llamado Simón que practicaba la brujería. Él tenía muy impresionada a la gente de Samaria, pretendiendo ser un gran personaje.

10. Todos, importantes o no, le prestaban atención y decían: «Este hombre es “el gran poder divino”».

11. Simón los tenía tan impresionados con sus brujerías que la gente lo seguía.

12. Pero cuando Felipe le anunció al pueblo las buenas noticias del reino de Dios y del poder de Jesucristo, tanto hombres como mujeres le creyeron a Felipe y fueron bautizados.

13. Simón mismo creyó y fue bautizado. Seguía a Felipe muy de cerca, asombrado también con las maravillas tan poderosas y las señales milagrosas que Felipe hacía.

14. Cuando los apóstoles supieron en Jerusalén que los de Samaria había aceptado la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan.

15. Cuando llegaron a Samaria, Pedro y Juan oraron para que los creyentes de Samaria recibieran el Espíritu Santo, porque

16. el Espíritu no había venido sobre ninguno de ellos. Solamente se habían bautizado en el nombre del Señor Jesús.

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