5. Pero Pablo lanzó la serpiente al fuego y a él no le pasó nada.
6. Ellos esperaban que se hinchara o cayera muerto, pero después de esperar mucho vieron que no le pasó nada. Así que cambiaron de opinión y empezaron a decir que Pablo era un dios.
7. Cerca de allí, había unos terrenos que pertenecían a Publio, el funcionario romano más importante de la isla. Él nos recibió en su casa, fue muy amable y nos quedamos allí tres días.
8. El papá de Publio estaba muy enfermo de fiebre y disentería. Pablo fue a visitarlo, oró por él y después de imponerle las manos, quedó sano.
9. Cuando esto ocurrió, vinieron todos los enfermos de la isla y Pablo también los sanó.
10. La gente de la isla nos atendió muy bien y nos dieron todo lo necesario para el viaje.