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Hechos 27:24-43 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

24. que me dijo: “Pablo, no tengas miedo, vas a presentarte ante el emperador. Dios salvará tu vida y la de todos los que navegan contigo”.

25. Así que tengan valor, porque yo tengo fe en Dios y sé que todo pasará tal como me lo dijo el ángel.

26. Pero encallaremos en alguna isla».

27. Dos semanas después, estábamos flotando en el mar Adriático, y los marineros pensaron que estábamos cerca de tierra.

28. Midieron la profundidad del agua y observaron que era de treinta y siete metros. Un poco más adelante volvieron a medir y la profundidad ahí era de veintisiete metros.

29. Tuvieron miedo de estrellarse contra una roca, entonces arrojaron al agua cuatro anclas en la parte trasera del barco y se pusieron a rogar que llegara la luz del día.

30. Los marineros trataron de escapar del barco haciéndose los que iban a sacar un ancla de la parte delantera del barco.

31. Pero Pablo les dijo al oficial y a los soldados: «Si estos hombres no se quedan en el barco, ustedes perderán la vida».

32. Entonces los soldados cortaron las cuerdas que sostenían el bote salvavidas y lo dejaron caer al mar.

33. Antes de que amaneciera, Pablo empezó a convencerlos de que comieran algo, diciendo: «Llevan dos semanas esperando a ver qué pasa, sin comer nada.

34. Les ruego que coman algo porque lo necesitan para poder sobrevivir. Ninguno perderá ni un solo cabello de la cabeza».

35. Después de decir esto, tomó pan en sus manos y dio gracias a Dios ante todos. Después lo partió y empezó a comer.

36. Todos se sintieron mejor y ellos mismos se animaron a comer.

37. Éramos doscientas setenta y seis personas en el barco.

38. Después de comer lo suficiente, tiraron al mar todo el trigo para que el barco estuviera más liviano.

39. Cuando amaneció, los marineros no reconocieron la tierra, pero vieron una bahía con playa y decidieron navegar hasta la orilla si era posible.

40. Entonces cortaron las cuerdas que sostenían las anclas. Al mismo tiempo soltaron el timón y alzaron la vela del frente del barco en la dirección del viento y navegaron hacia a playa.

41. Pero el barco dio contra un banco de arena y encalló de frente, y por detrás empezó a ser destruido por la fuerza de las olas.

42. Los soldados decidieron matar a los prisioneros para que ninguno escapara nadando.

43. Pero el oficial quería salvarle la vida a Pablo y no dejó que los soldados cumplieran sus intenciones, sino que más bien ordenó a los que sabían nadar que se echaran al agua primero para que alcanzaran la orilla.

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