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Hechos 2:14-31 La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT)

14. Entonces Pedro se puso de pie junto con los otros once apóstoles y alzó la voz para que todos lo escucharan: «Hermanos judíos y todos aquellos que viven en Jerusalén, escuchen con cuidado porque tengo algo que decirles.

15. Estos no están borrachos como ustedes piensan, porque son apenas las nueve de la mañana.

16. Pero el profeta Joel dijo esto sobre lo que está pasando ahora:

17. “Dios dice: En los últimos días, derramaré mi Espíritu sobre toda la humanidad. Los hijos e hijas de ustedes profetizarán. Los jóvenes tendrán visiones, y los ancianos tendrán sueños.

18. En esos días derramaré mi Espíritu sobre mis siervos, hombres y mujeres, y ellos profetizarán.

19. Les mostraré maravillas en el cielo y señales milagrosas en la tierra: habrá sangre, fuego y mucho humo.

20. El sol se oscurecerá, y la luna se convertirá en sangre. Entonces vendrá el día grande e impresionante del Señor.

21. Todo el que confíe en el Señor, será salvo”.

22. »Israelitas, escuchen estas palabras: Dios aprobó a Jesús de Nazaret y lo demostró ante ustedes con las obras poderosas, las maravillas y las señales milagrosas que hizo a través de él. Ustedes bien saben que es verdad porque lo vieron.

23. Él les fue entregado, conforme al plan de Dios, quien ya sabía lo que iba a pasar. Ustedes lo mataron por medio de hombres perversos, clavándolo en la cruz.

24. Jesús sufrió el dolor de la muerte, pero Dios lo liberó: lo resucitó porque la muerte no podía retenerlo.

25. David dice esto sobre Jesús: “Yo vi al Señor siempre delante de mí, y él está a mi derecha para protegerme.

26. Estoy feliz y hablo lleno de alegría. Todavía tengo esperanzas,

27. porque no me dejarás en el lugar de los muertos ni permitirás que el cuerpo de tu Santo se pudra en el sepulcro.

28. Tú me mostraste el camino de la vida, y tu presencia me llenará de alegría”.

29. »Hermanos míos, déjenme decirles la verdad acerca de David, nuestro antepasado. Él murió y lo enterraron y su sepulcro está aquí con nosotros hasta el día de hoy.

30. Pero David era profeta y sabía que Dios le había prometido que uno de sus descendientes sería rey, como él.

31. David anticipó la resurrección del Mesías al decir que Dios no lo dejaría abandonado en el lugar de los muertos, y que no se pudriría su cuerpo.

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